sábado, 28 de julio de 2012

Zona cero.


Buenas tardes.-
Quiero pedir disculpas a mis fieles lectores, esos que cada vez que publico el link del blog se emocionan porque piensan que hay una entrada nueva y no es así.  Disculpen la demora pero lo bueno se hace esperar, ¿no? Ok hagamos como si no hubiera dicho eso.
Antes de comenzar, quiero hacer referencia a alguien que me ayudó bastante en la elaboración de ésta entrada, sin ella no hubiera podido realizarla. Muchísimas gracias.

He pasado por días en blanco, días sin razón que consisten sólo en los demás y nada de mí. No me quejo, no me va mal, en realidad me gusta mucho lo que estoy haciendo pero no entiendo cómo algo que quiero hacer me bloquea de ésta manera tan inexplicable e incontrolable…

Para mí la falta de inspiración al momento de escribir es como no tener razón ni motivo de ser, es como estar en una zona cero. Esa zona en la que no sabes qué hacer con tu vida por falta de razones. Por falta de opciones, por falta de algo o de alguien.

Hoy hablaré sobre la ‘zona cero’… Esa zona por la que todos pasamos una, dos, tres  y hasta cuatro o cinco veces a lo largo de nuestras vidas. Ustedes se preguntarán a qué me refiero con ‘zona cero’… Con esas dos palabras lo que quiero indicar es que todos llegamos a un punto en la vida en la que no sabemos qué hacer con la misma. A ese punto le llamo ‘zona cero’.

Ese momento en el que te das cuenta de que no haces nada por tu bienestar, por incrementar tu nivel de inteligencia, por aprender algo nuevo o simplemente por ayudar a los demás cuando en realidad lo necesitan. Para hacerlo más fácil, ese momento en el que terminas 9no grado y no sabes si irte por Ciencias o Humanidades (En los casos más comunes) o Artes, o cualquier otra opción que tengas. Peor, cuando terminas 5to año y no sabes qué estudiar en la universidad… Todo te llama la atención, nada te llama la atención, nada te dará frutos en el futuro…

Simplemente tienes que tomar una decisión, ahí no tienes a dónde ir o dónde esconderte. DEBES tomar una decisión, debes decidir qué hacer con tu vida. Lo único que te dificulta el trabajo es no saber cuál tomar y no conocer bien tus opciones. Además del masoquismo de los seres humanos que escogemos lo que no debemos por puro capricho.

Miedo, eso que todos sentimos cuando  debemos tomar una decisión. Miedo a que no funcione, miedo a que no sea lo que en realidad queremos, miedo a que nos vaya mal, miedo a ser rechazado. ¡PUES NO! Es hora de dejar el miedo a un lado, debes hacer de tu vida algo fructífero y pleno, con miedo lo que harás es arruinarla. El miedo impide que las personas hagan bien lo que se proponen, cita  a los errores y llama a gritos al fracaso.

La ‘zona cero’ que nos dicta que hay un cambio, nos dice que debemos progresar, que debemos decidir, debemos cuidar lo bueno y guardarlo en un lugar especial y hacer de lo que continúa en tu vida algo aún mejor y más especial aunque pienses que lo que pasó en tu pasado no tendría mejora alguna.
Esa zona que pisamos por primera vez cuando crecemos, cuando vemos que ya no dependemos de nuestros padres plenamente (sino sólo en algunos aspectos) y ahora tu vida es completamente tuya, tus decisiones son tu forma de vida y tus errores serán tu aprendizaje.

Esa zona que, cuando pequeños anhelamos con fervor y cuando llega… No hacemos más que amargarnos por el hecho de que está aquí, que ya es momento de ver la verdad, abrir los ojos, aceptar lo que ocurre y DECIDIR.

Muchos estamos en esa zona, muchos no lo estamos, muchos no sabemos si estamos o no, muchos estamos seguros de estarlo. Yo no sé si estoy o no, por eso me incluyo en todas las situaciones.

Bueno, como ya lo mencioné en una entrada antigua; (“Tiempo”) el tiempo no regresa y se pierde muy rápido así que si es de decidir hazlo rápido (Eso no quiere decir que de manera apresurada, porque todo lo que se hace apresuradamente termina mal). A lo que me refiero es que si es de analizar las opciones y/o posibilidades, hemos de hacerlo sin perder el tiempo y aprovechándolo al máximo para que nos alcance la vida para hacer todo lo que queramos. Es un simple consejo. Dichosos aquellos que lo tomarán y los que no, dichosos también pero no gracias a mí.

Ariana Sánchez.

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